Verdades Vs Ingenuidad

Olga Thaureaux Puertas

Solo a partir de la verdad pueden enfrentarse los problemas. Este es un concepto que debe prevalecer en el actuar individual y colectivo.

Desde hace unos días ciertos rumores, totalmente falsos, relacionados con la posibilidad de utilizar la Base Naval de Guantánamo, para una salida del país, ha estado rondando por diferentes lares.

Lo cierto, y también lamentable, es que muchos se dejaron llevar por estos cantos de sirena y creyeron en esa “ingenuidad”.

Sí ingenuidad, de quienes creyeron la noticia, pero no de quienes la orquestaron; porque quien tiene información de lo que piensa Trump de los inmigrantes, quien está al tanto de lo que ha pasado con las caravanas de personas que intentaban llegar a ese territorio, quien conoce de la idea de construir un muro en la frontera con México para evitar el paso de inmigrantes, debe inferir que esa posibilidad no puede ser real, y sí una manera más, de las tantas, para  crear malestar y desaliento entre quienes quieren viajar a ese país por diferentes razones y no lo han logrado.

La otra verdad, confirmada por Yuri Gala López, director de temas bilaterales de la dirección general de EE.UU. de la Cancillería cubana, en entrevista concedida al colega Jorge Legañoa, es que: “el gobierno estadounidense ha creado obstáculos para el cumplimiento de sus obligaciones, específicamente en lo concerniente al otorgamiento de las 20 mil visas de migrantes anualmente”.

A esto se le suma que en la  actualidad, los cubanos que pretenden viajar a ese país deben trasladarse hasta  Guyana para realizar los trámites correspondientes, con los consiguientes gastos adicionales que esto implica, pues como ya sabemos, ciertos “ruidos” -que no han podido demostrar- afectaron la salud de quienes laboraban en sus oficinas en La Habana, y esta fue cerrada.

Otra verdad,  y que debe quedar clara para los cubanos, es que están vigentes los acuerdos firmados entre Cuba y Estados Unidos en la Declaración Conjunta, la cual tiene como propósito desalentar la migración irregular y por la cual Estados Unidos suprimió la política de pies secos-pies mojados, así como el programa de parole para profesionales cubanos de la Salud en terceros países.

El referido texto busca, además, que los ciudadanos cubanos no se arriesguen en un tránsito irregular por diversos países, expuestos a bandas criminales dedicadas al tráfico y la trata de personas.

Me permito refrescar algunas de sus esencias: “Estados Unidos, (…) devolverá a la República de Cuba, y la República de Cuba, (…) recibirá a todos los ciudadanos cubanos, quienes con posterioridad a la firma de esta Declaración Conjunta, sean detectados por las autoridades competentes de los EE.UU cuando trataban de ingresar o permanecer irregularmente en ese país, violando las leyes de Estados Unidos.

“Se promoverá la cooperación bilateral eficaz para prevenir, y procesar el tráfico de personas, así como los delitos asociados a los movimientos migratorios, que ponen en peligro su seguridad nacional, incluyendo el secuestro de aeronaves y embarcaciones”.

Estas son verdades que no pueden obviarse. “Los acuerdos migratorios entre las dos naciones buscan garantizar un flujo regular, seguro y ordenado, y comprenden dos comunicados conjuntos de diciembre de 1984 y septiembre de 1994, y dos declaraciones conjuntas de mayo de 1995 y enero de 2017”. Todo lo que se haga o diga al margen de los citados documentos tiene otra intención, no nos dejemos confundir.

 

 

 

 

 

 

 

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